Incluso su nombre resulta es evocador. Sus orígenes se remontan a los albores de la humanidad. Los antiguos griegos quedaron maravillados ante los vestigios de una civilización con más de 2000 años de historia.
Egipto es mucho más que un destino turístico, es la cuna de una civilización que nos descubre nuestro pasado y desata nuestra imaginación. Cleopatra, Nefertiti, Ramsés II, Tutankamón, el dios Ra, Osiris e Isis, Bastet y Anubis… Basta escuchar estos nombres legendarios para caer hechizados y cautivados. Las maravillas arquitectónicas de Egipto también han conquistado el planeta. Desde las colosales esculturas de Abu Simbel hasta las pirámides de Guiza o los templos de Luxor y Karnak, Egipto tiene el poder de fascinar a todos los viajeros que recorren su territorio. Un esplendor milenario que confiere una imagen paradisíaca a los escenarios naturales de este inmenso país, desde el cauce del río Nilo, donde conviven garzas y cocodrilos, hasta el mar Rojo con sus coloridos peces tan apreciados por los amantes del submarinismo.
El Cairo, Alejandría, Luxor, Asuán… Quizá lo más difícil sea elegir qué ciudad visitar pues todas ellas poseen una extraordinaria riqueza histórica, cultural y natural. ¿Qué le parecería alquilar una faluca para disfrutar de una atmósfera arrebatadora y enamorarse en el Nilo con una nostálgica puesta de sol como telón de fondo? Déjese cautivar por la poesía de esta mítica fuente de vida. Los más aventureros podrán alquilar un camello para recorrer una ruta inolvidable antes de regresar a la bahía de Abukir, cerca de Alejandría, para degustar pescado fresco contemplando las luces de la ciudad. Si es afortunado, podrá tener la oportunidad de ver una danza sagrada de giros derviches, todo un espectáculo cautivador y majestuoso.
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